Por subbeticamperos. Una vez más nuestros paseos por el campo, nos ha recordado una lección que ya hace años que aprendimos y que solemos tener en cuenta. Esta lección nos recuerda que para saber que especies habitan en nuestro territorio de campeo, de poco nos serviría, mirar el mapa de distribución de una guía de aves, tal vez sí para especies emblemáticas como el quebrantahuesos, el águila imperial o comunes como el abejaruco o la abubilla, especies de gran tamaño y llamativas que no pasarían desapercibidas para ningún observador de aves. Pero cuando se trata de pequeños paseriformes poco comunes y muy asustadizos, como el pechiazul, y para colmo la distribución y abundancia de estos pequeños pajarillos insectívoros va a depender de la climatología que haya hecho años anteriores, entre otros factores y no de un hábitat en perfecto estado de conservación como ocurriría con una gran variedad de especies de mayor tamaño.
Teniendo esto en cuenta, cada vez que salgamos a observar aves, debemos tener siempre la incertidumbre de no saber que nos vamos a encontrar, solo de esa manera no bajaremos la guardia y nuestras salidas serán mas aprovechadas.Con los pequeños pajarillos no es fácil, pero solo de esa manera podremos obsevar especies nuevas para la zona, como nos ha ocurrido con el pechiazul, una especie de la que no se sabia nada en toda la provincia de Córdoba, a excepción de un ejemplar que se dejó ver a orillas del Guadalquivir cerca del puente romano en Córdoba capital, no se sabía nada mas y sin embargo, este año de 2011, en un zona del sur de Córdoba hemos podido contar mas de 10 ejemplares distintos de diferentes edades y sexos.
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